Para evitar la propagación del virus del Ébola y escenarios mucho peores, es necesaria la aplicación rápida y contundente de medidas de control. Lo dice el sentido común pero también lo avala un nuevo estudio realizado por científicos de Estados Unidos, Sudáfrica y Nigeria, sobre la base de la experiencia adquirida con el manejo exitoso de casos en Nigeria.
Analizando casos de Ébola en Nigeria, el equipo formado, entre otros, por Gerardo Chowell de la Universidad Estatal de Arizona, y Lone Simonsen, de la Universidad George Washington en Washington D.C., ambas instituciones en Estados Unidos, ha calculado la tasa de mortalidad, la progresión de la transmisión, la proporción de trabajadores de la salud infectados y el impacto de las intervenciones de control sobre el tamaño de la epidemia.
Los resultados del estudio muestran que la transmisión del virus del Ébola puede verse influida de forma drástica por cómo de rápido se implanten medidas de control.
La actual epidemia de virus del Ébola es la mayor hasta la fecha, con más de 8.000 casos declarados que incluyen a cerca de 4.000 fallecidos.
Se ha informado de una veintena de casos de Ébola en Nigeria, y afortunadamente ninguno desde el 5 de septiembre.
Todos los casos proceden de un único viajero que regresó de Liberia en julio.
Las medidas de control aplicadas en Nigeria incluyeron que todas las personas que mostraban síntomas de infección por virus del Ébola fueran mantenidas en un pabellón de aislamiento si habían tenido contacto con el caso inicial. Una vez se confirmaba la infección a través de pruebas, las personas afectadas eran llevadas a un centro de tratamiento.
Los individuos asintomáticos fueron separados de aquellos que mostraban síntomas, y aquellos que dieron negativo sin síntomas fueron dados de alta. Las personas que dieron negativo pero mostraban síntomas (fiebre, vómitos, dolor de garganta y diarrea), estuvieron bajo observación y fueron dados de alta después de 21 días si ya estaban libres de ellos, mientras que los que dieron positivo para la enfermedad fueron mantenidos aparte.
El rápido control de la epidemia en Nigeria se vio probablemente facilitado por una detección temprana del caso inicial, en combinación con unos esfuerzos intensos de seguimiento de todos los contactos posteriores que tuvo la persona después de desarrollar la infección, tal como subraya Folorunso Oludayo Fasina, de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica, y miembro del equipo de investigación. En cambio, la epidemia inicial en Guinea permaneció sin ser detectada durante varias semanas, facilitando la propagación del virus hacia Sierra Leona y Liberia, donde la incapacidad de seguir y contener a las personas infecciosas multiplicó el problema y resultó en una epidemia incontrolada, en palabras de Folorunso Oludayo Fasina.
La transmisión del virus del Ébola se ve influida de forma muy notable por lo rápido que se aplican las medidas de control, tal como constataron los investigadores mediante un modelo digital. En las simulaciones, el efecto de las intervenciones de control en Nigeria osciló de 15 a 106 casos cuando se aplicaban las intervenciones el día 3; de 20 a 178 casos si se aplicaban el día 10; de 23 a 282 casos el día 20; de 60 a 666 casos el día 30; de 39 a 1.599 casos el día 40; y de 93 a 2.771 casos si se aplicaban el día 50.
Existe una breve ventana de tiempo durante la cual una intervención rápida y contundente en cuanto al seguimiento y aislamiento insistente de las personas que han estado en contacto con el primer infectado de la región o país da un muy buen resultado, deteniéndose la transmisión y cesando la epidemia.
En Nigeria, la persona que fue infectada inicialmente provocó 12 casos secundarios, en lo que es la primera generación de la enfermedad; 5 casos secundarios fueron generados a partir de esos 12 en la segunda generación; y 2 casos secundarios en la tercera generación. Estimaciones recientes del número de reproducciones en la actual epidemia de Ébola en Sierra Leona y Liberia indican aproximadamente dos nuevos casos por cada caso individual, lo que indica que la epidemia aún no está bajo control.